Todo empieza en el embarazo
Tal como nos explican Gómez, E., Aldana, E., Carreño, J., y Sánchez, C. (2006), el embarazo constituye un período crítico en el desarrollo psicológico de la mujer, al poner a prueba su nivel de madurez emocional, su identidad y la revisión de la relación con su madre y su infancia, representando, a la vez, una oportunidad de crecimiento psicológico para ella. Se trata de una época de cambios significativos en la vida de la mujer y su pareja.
En este artículo me gustaría hablaros de algunas de las manifestaciones psicológicas que podemos experimentar durante el embarazo, dentro de la normalidad. Puede que leerlo nos sorprenda o que tal vez nos reconozcamos e inconscientemente nos salga una sonrisa de familiaridad, al recordar esos tiempos de sumergirse en algo desconocido
MANIFESTACIONES PSICOLÓGICAS QUE FORMAN PARTE DEL EMBARAZO
Según los autores citados, las manifestaciones emocionales más frecuentes en este período son:
- Las fluctuaciones en el estado de ánimo, tales como una mayor hipersensibilidad emocional, pesimismo.
- Preocupación e interés significativo por la propia salud.
- Sentimiento de tristeza y resentimiento por la pérdida del estado anterior de independencia y de atractivo personal.
- O bien, al contrario, un aumento de la autoestima, si la mujer vive el embarazo como un logro. Puede presentarse ansiedad transitoria como adaptación al nuevo estado, que puede incrementarse más en casos de presión social, temor a la pérdida y miedo a lo desconocido.
- Respecto al deseo sexual, este puede ser variable.
Seguramente te surgirán algunas dudas respecto a lo que acabo de plantear: “Pero, ¡si todo lo que he escuchado sobre el embarazo habla de la felicidad, plenitud e ilusión por esperar a ese bebé! ¿Hay ansiedad, depresión y tristeza en el embarazo?
En efecto. Existe esa otra parte unida al embarazo, esa cara menos agradable, pero absolutamente natural, en un momento en el cual nos enfrentamos a muchos reajustes en nuestra vida, y que es importante conocer, para ser conscientes de ellos, para no sentirnos culpables y para poder compartirlo con nuestro entorno, desde la tranquilidad de no sentirnos juzgadas y de saber que forma parte del proceso de prepararnos para ser madres.
Son reacciones naturales de ajuste a la nueva situación que estamos experimentando, de tipo transitorio y supeditadas al desarrollo y la resolución del embarazo.
Por último, no podemos olvidar que la futura madre puede revivir los conflictos anteriores, no resueltos, con su propia madre durante el proceso de ser hija, que es beneficioso abordar, si vuelven a despertar ahora que es su turno de convertirse en madre.
POSTPARTO
El postparto, período que engloba las ocho semanas después del parto, es también un período de cambios físicos, psíquicos y sociales importantes. Por mencionar uno, para que seamos conscientes de ello, en el cerebro postparto se da una reducción de la actividad neuronal espontánea, generando distorsiones cognitivas que nos predisponen a sentir tristeza, cansancio, irritabilidad, a bloquearnos con más facilidad, lo cual es algo normal y común.
Por otro lado, la madre y el bebé empiezan a conocerse, a escucharse y van creando juntos su espacio mientras ella debe recuperarse del esfuerzo físico que supone el parto, la lactancia y el hecho de dormir poco.
Y no olvidemos el reajuste con respecto a la pareja, en el que ambos deben aprender a conocerse en este nuevo rol, adaptarse mutuamente y bailar al unísono.
¿QUÉ ENTENDEMOS HOY CUANDO HABLAMOS DE MATERNIDAD?
Ser madre no es solo biología, sino que tiene además un significado a nivel social, cultural, histórico y psicológico. Históricamente, la maternidad ha recorrido un camino muy largo y arduo, desde la imposición social hasta la elección de una maternidad muchas veces planificada. Ha dejado de ser un destino para ser una decisión en la sociedad occidental actual.
Obeirman, A. (2005), resumiendo a varios autores, habla de este proceso psicológico como un “viaje hacia la maternidad”, un viaje sin retorno, en el que todo será diferente, destacando el vínculo madre–hijo/a como una relación significativa para toda la vida.
CREENCIAS SOBRE QUÉ ES SER MADRE
¿Por qué es importante ser conscientes e identificar nuestras creencias asociadas a la maternidad?
Como sabemos a lo largo de la historia, las creencias acerca de la maternidad han ido cambiando debido a factores culturales y sociales. Las creencias van muy ligadas a nuestro autoconcepto, que está en constante evolución, pues se va modificando a través de nuestra experiencia. Por lo tanto, el rol de la maternidad modifica nuestro autoconcepto e incluye esa imagen de nosotras y de nuestro papel como madres en la sociedad.
Así, por ejemplo, una creencia que se ha generado en torno a la maternidad es que esta es en sí un deseo innato de las mujeres, restando importancia así a la influencia social, en la cual la mujer es definida a partir de su capacidad para procrear, enmarcada por la parte doméstica y de crianza de los hijos/as.
Otra creencia que podríamos cuestionar es la de ser una buena madre significa priorizar incuestionablemente las necesidades y demandas del hijo antes de las propias en detrimento de su bienestar.
Todas estas creencias asumidas socialmente son utilizadas con frecuencia por las mujeres de manera subconsciente a la hora de calificar su rol de madre y su experiencia en cuanto a la maternidad.
PERSONAS CON ALTA SENSIBILIDAD ¿CÓMO VIVIMOS LA MATERNIDAD?
Tanto las mujeres no PAS como las PAS se sienten desbordadas en muchos momentos de su maternidad, pero sí que me gustaría hablar del rasgo de personalidad de la alta sensibilidad en la maternidad a través del autocuidado y la consciencia. La llegada de un bebé supone un reajuste tanto a nivel personal, de pareja, familiar y laboral.
¿A qué debemos prestar especial atención en ese momento?
Sobreexcitación: Se incrementa el cansancio por la falta de sueño y
el aprendizaje continuo. La sobreexcitación aparece cuando nuestro sistema nervioso se satura de información y no puede liberarla o procesarla adecuadamente. Las PAS se saturan antes y más intensamente debido a que su sistema nervioso es más sensible, y es cuando se sienten abrumadas o colapsadas. Sentir sobreestimulación nos indica que nos hemos salido de nuestra capacidad de tolerancia en el momento presente. Tanto seas una PAS o no, sería positivo prestarle especial atención a algunas experiencias que nos pueden causar sobreestimulación:
- la novedad, ya sea agradable o desagradable;
- la emocionalidad,
- la intimidad y la vulnerabilidad;
- los cambios, tanto imprevistos como programados;
- la multitarea;
- la sensación de descontrol y de indefensión;
- las amenazas a mi identidad, personalidad o valores.
Y ser madre primeriza es una experiencia nueva y muy íntima, que nos hace sentir vulnerables por momentos, que exige la multitarea, que implica cierta sensación de descontrol y que requiere un reajuste de nuestra identidad, porque tenemos que integrar nuestro nuevo rol de madre.
Qué debemos tener presente las Personas con Alta Sensibilidad en relación a la maternidad y evitar:
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- Una socialización continuada (muchas visitas en casa de familiares y amigos), que conlleve la ausencia de espacios para estar contigo misma .
- Un entorno con muchos estímulos y que no se ajuste a las nuevas necesidades familiares o del bebé.
- A nivel relacional, conectar con los estados emocionales ajenos, con su consecuente fusión, o responsabilizarse de ellos.
- Compararse con las personas que no tienen este rasgo en cuanto a ritmos. Y aquí entraríamos en algo que hace mucho daño a las PAS: la comparación, con frecuencia es negativa, y la necesidad de sentirnos validadas y recibir la aprobación de los demás. Es fundamental adaptar y facilitar tus nuevas necesidades a las condiciones del rasgo, para poder sentirte en equilibrio.
- El perfeccionismo y las expectativas poco realistas.
¿QUÉ TE VA A AYUDAR DURANTE EL EMBARAZO Y LA MATERNIDAD SI ERES UNA PERSONA CON ALTA SENSIBILIDAD?
- Pre-adaptación. Durante la gestación, la pareja de futuros padres pueden empezar a hacer modificaciones y reajustes que les permitan dejar de hablar de “yo” y pasar a hablar de “nosotros” y así verse a sí mismos como una entidad conjunta con el bebé.
- Buscar y crear nuevos espacios para una misma. No intentar encajar esa “fórmula anterior” que funcionaba, pero que probablemente ya no encaja en tu nueva vida. Habrá, eso sí, una primera fase en la que estaremos inmersas en el cuidado del bebé y completamente centradas en él, porque hay que asumir mucho, y podríamos bloquearnos si intentamos llegar a todo. En este caso, el autocuidado debería ser una opción y nunca una obligación.
- Conectar. Conectar con aquello que te reconforta y te da seguridad en una época de tantos cambios. Eso es algo básico y puede ser tan simple como dar un paseo y que puedas sentarte al sol, comer algo que te guste y disfrutar de los sabores, escuchar música, etc. En otras palabras, conectar con tus sentidos.
- Límites: Es un momento para centrarte en la maravillosa experiencia que estás viviendo. Ahora lo importante sois tú y tu bebé y es el momento de priorizarte para poder ayudar a otros. Límites a uno mismo: Es el momento de dejar de complacer o cumplir las expectativas de los demás. Al contrario, es un momento para pedir ese apoyo no solo emocional sino también práctico a la familia y amigos. Límites a los otros: Es fundamental comunicar tus necesidades en estos momentos, desde el respeto y el afecto, así como permitirte decir no. Tu criterio como madre es el más válido, aunque seas inexperta.
- Revisar tus creencias limitantes sobre la maternidad, escuchar tus emociones y recordar que no hay un manual de ser buena madre sino una madre que sostiene su historia personal, sus necesidades, sus miedos, sus carencias y que busca y quiere encontrarse en ese nuevo papel, que va evolucionando. La empatía, muy desarrollada en las PAS, será la vía a través la que podrás conectar, comprender y atender a tu bebé.
- Nuevo rol como madre y ¿qué pasa con el resto? Entender la complejidad de atender y equilibrar las demandas de ser madres y otras demandas que surgen de otros deseos de la mujer en su proyecto de vida. Respetar tus tiempos, para ir poco a poco reencontrándote con esas partes que te conforman y completan.
Deseo que estas pequeñas pinceladas ayuden a las futuras madres, a las madres primerizas y las que ya llevan un trozo del camino recorrido a sentirse un poco más acomodadas en la realidad tan cambiante y a la vez apasionante de la maternidad.
Si después de leer sobre la maternidad, quieres profundizar sobre la influencia del ambiente, en nuestro blog tenemos una entrada sobre la influencia del ambiente y de la crianza en gemelos idénticos. Puedes leerlo pinchando aqui.
Maria Bernabé, Psicóloga General Sanitaria. Especializada en PAS. Madre primeriza.
Bibliografía:
Gómez, E., Aldana, E., Carreño, J., y Sánchez, C. (2006). Alteraciones Psicológicas en la Mujer Embarazada. Psicología Iberoamericana, 14 (2), 28-35.
Oiberman, A. (2005). Historias de las madres en Occidente: repensar la maternidad. Psicodebate. Psicología, Cultura y Sociedad, 5, 115-130.
Imagen: Anna Hecker (Unsplash).
Me ha gustado mucho la manera de exponer de una manera sencilla y esquemàtica la diversidad de factores que rodean el asunto en cuestion. Espero que el pròximo articulo sea tan interesante y pedagògico como este.
Descubrí hace poco que soy PAS buscando qué le pasaba a mi hijo de 5 años, que probablemente también lo es. Con respecto a la maternidad, desde el primer momento siempre la he vivido con la máxima felicidad y el mayor sufrimiento imaginable. Ambos extremos. Lo que pasa es que tal es el sufrimiento que hay veces que me planteo que siendo como soy, nunca debía haber sido mamá. Es muy duro decirlo pero así lo siento. Siempre pensando en si le puede pasar algo, en querer que sea feliz. Sufro muchísimo su sufrimiento… A un nivel extremo. Y eso que me considero muy feliz en mi vida, es difícil de explicar. Desde luego que si yo hubiera sabido lo que se siente al ser madre, quizá me lo pensaría. Es muy bonito pero lo más duro que he vivido nunca. Y esto es para siempre!
La maternidad es un momento de mucha intensidad, y debido también a nuestro procesamiento profundo nos planteamos esas cuestiones que comentas, además de nuestra alta sensibilidad y empatía nos hace preocuparnos por el bienestar de esa personita que tanto queremos. De todas formas, si crees que el sufrimiento que te ocasiona es demasiado intenso puedes plantearte acudir a algún profesional que te ayude a vivir esta experiencia de otra forma.
Muchas gracias por contarnos tu experiencia real.
Un saludo.
Me ha gustado mucho el artículo. Aclara muchas de las dudas que tenemos sobre este tema y ayuda a entender, desde el otro lado, como se puede afrontar mejor el embarazo. Enhorabuena por la facilidad en la comunicación.
Muchas gracias por tus palabras.